sábado, 8 de febrero de 2020

Fragmentándose


Hablar o escribir sobre BDSM en la actualidad se ha convertido en un  tema aburrido para la mayoría, ya que la New Age o practicantes recién egresados de las “academias” donde cursaron sus talleres y han sido merecedores  de  títulos muchas veces ridículos por los nuevos “Roles” adquiridos,  así mismo gracias a la mercadotecnia y moda a la que han sido impuestos, han dejado muy detrás el conocimiento sobre las raíces del mundo al que se adentraron.


Por ende esa parte fundamental que un practicante debería tener, como lo es el conocimiento teórico, ha sido sustituido por un BDSMK+SWINGER+FAMOSO= sexo seguro sin compromiso; Quedándome corto con todo lo surgido ya desde algunos años atrás, pero no deseando ahondar demasiado en este tema ya de por si controversial y que daría para muchos debates, siendo el resultado siempre el mismo.

Pero bien, antes de proceder a quebrantar algunas mentes y dejar en el aire muchas interrogantes, pondré un ejemplo del BDSM no tan actual aquí en México, y que imagino sucede en muchas comunidades del resto del mundo:

Ser bedesemero en mi país es a veces un dolor de muelas, jode que jode todos los días, hasta que esta fuera de ti, decía yo, ser bedesemero es un tanto difícil, ya que si no perteneces a alguna de las 400,000 comunidades de las que ya existen, para empezar ya te toco bailar con la más fea, si no eres parte de ese sequito de clasistas iguales a mí, segundo error en tu caminar, refiriéndome a los grupitos formados  por pastores y borregos, un poco más allá, si no haces esa mezcla sin prejuicios de sexo/BDSM, seguimos en mal, continuando con esta pequeña lista, no puedo quedarme sin mencionar, que si no eres un “influencer” auto-proclamado  estas más que acabado, porque entonces cualquier error, falla, o simplemente el no tener amistad con estos personajes, nos resultara un ataque cibernético y ser expuesto hasta los domingos en misa de 6 am.

¿A qué se debe esto?

Puesto que el egocentrismo con el que fueron “creciendo” los ha convertido en Figuras Públicas en la escena nacional, y por supuesto la popularidad adquirida entre sus adeptos les ha hecho creer que tienen el poder absoluto de hacer un BDSM a su manera o escuela, que dicho sea de paso, así existieran infinidad de comunidades están cortados con la misma tijera, y estando tan herméticos a admitirlo por el propio pedestal en que se han levantado, prefieren tirarse mierda unos a otros antes de crear una verdadera comunidad unida.

Aclaro esto no se trata de una crítica de las que normalmente acostumbro, sino de una entrada a lo que realmente interesa.

¿Es acaso el BDSM actual un mal para toda la comunidad?

Mi primer y única respuesta será por siempre SI, para mí este BDSM lleno diamantina, chupetes, pañales, toppineo, de Neruda, rosado, roles sacados de Candy Candy, Frozen y demás enjuagues no es el correcto, prefiero ser un Sadosaurio intentando ser medianamente de los sobrevivientes de la New Guard, antes que dejarme llevar por la marea.

Y es entonces cuando llegan las interrogantes ¿Estoy mal por no evolucionar? ¿Debería aceptar y compartir este nuevo BDSM? ¿Esto mismo sucedería en los años consecuentes a la Old Guard?

Sí, es un mal para bien ¿o para mal?, aunque en varias ocasiones se ha mencionado que es mal, mal; Como ya lo expresara Gayle Rubín, las tendencias entre la Old Guard y la New Guard estaban ya presentes desde los años 40’s, siendo el rompimiento de la primera con la segunda en los años 50’s por la erotización, estrictos códigos de cortesía militar que prefirieron la apariencia motociclista ataviados en cuero, y una especie de sexualidad más orgia, con su contraparte de ciclistas grasientos que prefirieron el SM con sexo formal.

Si bien, todas las prácticas y preferencias de la "Vieja Guardia" todavía están con nosotros. Incluso ahora, hay aquellos para quienes el cuero y SM son asuntos formales con códigos y etiqueta estrictos, y aquellos que buscan y encuentran capacitación a través de tipos de relaciones de aprendizaje. Al mismo tiempo, hay otros para quienes el cuero significa liberarse de ciertas convenciones y una forma de trazar un camino individual. A través de las diferentes épocas, muchos han encontrado la libertad en la formalidad, el individualismo a través de la observancia de la costumbre y un orden sublime en las cosas que los no curtidos pueden considerar completamente caóticos.

Es imprescindible puntualizar que debe distinguirse la Old Guard de New Guard y comprender que erróneamente se le ha mal nombrado Old Guard a los activistas de los años 80s,  y que para ese entonces, el cuero / SM ya había sufrido varias revoluciones sociales y "Old Guard" ya había tenido varias "New Guards". A mediados de los años 60’s, un nuevo SM surgió dejando atrás los estilos clásicos de cuero, consumiendo drogas psicodélicas, se invirtió menos en la formalidad y se situaron en subgrupos en torno a diferentes grupos sexuales, llamándose a sí mismos “Nueva Guardia”

A mediados de los años 7’0s ya existían varios grupos y tendencias en torno al cuero /SM,  las poblaciones de hombres homosexuales urbanos crecieron y, a fines de la década de 1970, el cuero se había convertido en una especie de uniforme para los hombres homosexuales urbanos, la mayoría de los cuales nunca experimentarían el final comercial de un látigo. Este aspecto "clon" incluía cortes de pelo cortos, bigotes, jeans ajustados 501, botas, chaquetas de cuero y llaves colgadas de los cinturones. A fines de la década de 1970, a menudo se les ve como una especie de "edad de oro" de SM en San Francisco, pero la adopción a gran escala de estilos de cuero por parte de hombres de cuero diluyó las señales y frustró a la población de cuero. Esta situación condujo a la fundación de la Asociación 15 en 1980; los 15 pretendieron crear un entorno SM más confiable.

Desde una perspectiva más alta es notable que este mal ha aquejumbrado al SM desde mucho tiempo atrás, comprender la duración de las cumbres, la aceptación del Hombre/Mujer Hetero, el rol switch, intentar salvar los protocolos y códigos más estrictos de la comunidad de cuero /SM, para que aproximadamente en 1991 se promulgara el estilo de vida BDSM.

Para la actualidad BDSM ha “sufrido” varias mutaciones, y de enterado estoy  que quienes ahora son practicantes de la New Age, pondrán el grito en el cielo y responderán “ese BDSM de Sadosaurios no es el correcto, yo lo vivo, siento y disfruto a mi manera, porque no existen reglas escritas sobre cómo debo llevar una D/s o ser Dominante/sumisa/Switch”. Por supuesto, nadie puede ni debe imponer un estilo de vida al otro, aunque es aconsejable, no hundirlo más de lo que está ahora. No es una pasarela, tampoco una manera fácil de obtener sexo, mucho menos un lugar donde se venga a explotar el déficit de atención, traumas psicológicos, y demás dolores que te aquejan.

Tal y como dije al inicio, surgirán muchas interrogantes y una que otra mente se quebrantara:

Después de leer una y otra vez la diferencia entre “New Guard” y “Old Guard”, podemos apreciar algo que es verdad, aunque a muchos predicadores de la Vieja Escuela nos duela, nadie tiene la verdad absoluta sobre cómo debe desarrollarse el BDSM.

Todos, absolutamente todos, como seres con criterio y carácter tenemos en claro que nada es estático, que las situaciones y las vivencias cambian, que un día puede agradarte algo que después de un tiempo ya no; y es que la vida y el mundo siempre está en constante cambio. Hay eventos tanto históricos como sociales, filosóficos, naturales o religiosos que llegan a cambiar el ritmo de vida de un país o de un continente entero, y ante este mundo tan globalizado y en movimiento ¿cómo pretendemos que el BDSM se quede estático? 

Sabemos que la sexualidad y el placer siempre han estado presentes a lo largo de nuestra historia, y encontramos las orgías y prácticas homosexuales de los romanos y los griegos, después tenemos al Márques de Sade sacando a la luz pensamientos sádicos que en su época se consideraban un tabú. Abriéndonos a ese cambio tenemos a los nacionalistas Americanos que creaban su propia filosofía SM con sus reglas y protocolos; mientras en Europa tenían también su propia revolución sexual. 

Como podemos notar arriba, la propia Old Guard tuvo sus divisiones en cuanto a adherir y cambiar para que otros participantes que buscaban una onda más “light” pudieran acoplarse a alguna comunidad; y luego encontramos a colectivos lésbico-heterosexuales queriendo también ser incluidos, es de ellos de donde parte lo que todos conocemos como “Vieja Escuela” y de aquí salen los mil y un partidarios de ésta; sin embargo, el que se haya creado una nueva ola para que las personas que no eran bienvenidas en la Vieja Guardia nos muestra precisamente que todo cambia y avanza, sino fuese así nosotros heterosexuales y lesbianas no podríamos llamarnos practicantes; y es que las normas que se dictaron en aquel entonces no pueden quedarse estáticas, cuando en nuestra vida cotidiana podemos ver que una Constitución puede modificar o anular cierta ley y escribir otras más, cierto es que a veces las leyes nuevas no resultan tan beneficiosas, pero eso no quiere decir que esté mal. 

Para mí el BDSM claro que puede ser cambiante, se ha cambiado y modificado para ser inclusivo, y negarnos a que personas con ideas distintas sobre la sexualidad encuentren un refugio en él es volver a ese mismo rechazo que tiene la gente con lo desconocido. 

Si me preguntan a mí ¿el BDSM puede o debe cambiar? Yo respondería: sí, porque para ser un pseudo no necesitas forzosamente ser de la Nueva Escuela cuando muchos de los abusos que se ven a diario vienen de personas que predicaban y se sentían súper conocedores de la verdad y de la Vieja Escuela. Nos refugiamos (se supone) en un estilo de vida en el que podemos ser nosotros mismos, donde podemos compartir nuestros fetiches y gustos con personas afines con nosotros y sabemos que no seremos juzgados, entonces… ¿Si no nos gusta que nos juzguen por qué nosotros nos cerramos y lo hacemos?



Sátiro Demencia

viernes, 24 de enero de 2020

Antes.

Hemos quedado, hoy, por la tarde, (los super friends del bdsm), nos llevamos tan bien aunque no nos hayamos visto nunca ni sepamos que hacemos ni de que pata cojea cada uno.

Pepito es amito y tiene varias sumisas, fieles y entregadas, o al menos eso dice él.

Juanita no es sumi pero dice que quiere conocer este mundillo. Me da la impresión que es más una golfa y viene para ver que pesca.

Andresito es un pedante de mierda pero por las fotos que pone cada 5 minutos grita que esta bastante bueno y algunas de las principiantes querrán tener algo con él.

Angelita es una sumi de verdad, tiene amito desde hace dos semanas y le conoció por aquí hace tres, ya tiene collar y prohibido hablar con otros amos, además de tener fiscalizados sus correos y sus conversaciones privadas porque la tunden a fustazos, el amor que se pregonan me da para matrimonio en máximo 1 mes.

No sé cuántos seremos al final pero creo que será una reunión inolvidable.

-Durante.

Hay muchas risas y parece que tenía razón con la golfa, está claro que solo quería sexear; Pepito, Andresito y Luisito, que se apuntó en el último momento y se trajo un amigo bastante callado, están dandole duro contra el muro y lento sobre el pavimento.

Me da la impresión que Juanita se va a la cama con alguno, aunque no sé qué tipo de amitos son porque lo único que hacen es babearle las tetas.

Mientras, las demás beben y no dejan de mirar el móvil escribiendo sin parar lo que está sucediendo, como si lo que hay más allá en realidad fuese más importante que lo de acá.

Angelita lleva dos horas sin parar hablando de su amito, de lo maravilloso que es y lo que le ha hecho sentir en tan poco tiempo. Nos hemos enterado de que aún no se han visto y el collar lo eligió ella en un Sexshop muy de moda. Grabó las iniciales de él y lo luce orgullosa.

Porque ser propiedad es lo mejor que le ha pasado en toda su vida.

-Al día siguiente.

Nos hemos escrito todos y todas, ha quedado claro que fue la mejor reunión en la que habíamos estado, las chicas ya se llaman hermanas entre ellas: Y ellos, caballeros, de experiencia innegable, quedando conformes para ceder a sus joyas, total, que la vida solo se vive una vez y porque desperdiciarla, si las orgifiestas de puta madre se dan a lo grande.

Y ahora nos mensajeamos para ir preparando otra reunión para degustar puros y whisky caro. Las chicas resultaron ser muy putillas, sobre todo Juanita, un torbellino en la cama.

Angelita es un ejemplo a seguir y todas envidian la suerte que tiene de haber encontrado un amito tan atento; Por cierto, el amigo callado era un poco estúpido.

Que buen rollito esto de las reuniones e intercambio de fluidos.

-¿Y el BDSM?

Eso no importa, ha quedado atrás, ahora con solo llamarse bedesemero es ganancia, se ha vuelto un simple adorno, como un disfraz que nos ayuda a aparentar lo que no se es.

Sátiro Demencia

PROCESS VS. SSC(P)


Antes de proceder a explicar mi desconcierto y desaprobación quiero hablar sobre el PROCESS, protocolo creado hace ya algunos años y que por azares del destino o poco interés por promoverlo o enseñarlo, es que para algunos puede ser desconocido.

¿Qué es PROCESS?

Creado en 2013 para altsex por Dulcinea Alex Pitágora, quien cuenta con una maestría en artes, psicología, trabajo social, educación, sexualidad humana, y doctorado en sexología clínica, con licencia para practicar psicoterapia en New York y certificación como terapeuta sexual, cofundadora de altsex (NYC), creadora y anfitriona de la serie web de entrevistas Kink Doctor, partícipe en la prensa como experto en sexualidad e identidad, especializada en trabajar con adultos en las comunidades KINK, POLI, LGBTQ, BDSM y trabajo sexual.

Funda este protocolo de sesión y/o relación para la Nueva Escuela, hablando del proceso de negociación, fijación de límites, consenso revocable, y after care que debe estar presente en las relaciones D/s, que desean disfrutar del BDSM desde una perspectiva más soft.

Y dadas las circunstancias del SSC de David Stein que fue instaurado para la GMSMA en 1983 y su percusor proveniente de la revista Dungeon Master en 1970 (Safe&Sane); circunstancias suscitadas durante 2007/11, es que surgió la grandiosa “idea” por parte de Anton Phibes de agregar una “letra” más al SSC E/D/P (Enjoyable, Disfrutable, Placentero), es entonces que podemos preguntarnos ¿a qué nivel de desaprobación, rechazo, desinformación o uso incorrecto del termino YKINMKBYKIOK (tu torcedura no es mi torcedura, pero tu torcedura está bien, por sus siglas en inglés) ha llegado el que cada relación D/s, A/e, S/m vive el BDSM a su manera?.

Aún más reprobable es que quienes están “encargados” de orientar a los nuevos practicantes, los idealicen con un BDSM romanticón y de fábula, y al contrario de engrandecer la comunidad con personas informadas en su totalidad, estén más interesados en llenarse los bolsillos sin importar que estén preparados tanto en teoría como práctica, porque es más importante aventar al ruedo con un diploma y un gansito en la mano a quienes toman estos talleres, que tratar de enseñar los pros y contras del BDSM ¿o me equivoco?.

Estoy totalmente de acuerdo con que cada relación o practicante vive el BDSM acorde a sus gustos, fantasías, tiempo, posibilidades, planes de vida, sin embargo no estoy de acuerdo con hacer mierda los protocolos establecidos por la Old School a gusto y beneficio de cada cual, porque entonces sucede que desvirtuamos todo ese poco conocimiento que algunos intentamos compartir con las nuevas generaciones, para que no vengan a cagarla con que ya lastimaron a alguien, física o mentalmente, que el SSC se lo pasen por el arco del triunfo, o porque me gusta cómo queda la “K” (kinky) en el acrónimo, le doy uso y digo a todos, así es porque yo lo llevo, así lo vivo, así lo enseño, así lo aprendes y no hay más que decir de mi parte.


Imagino que quienes fueran partícipes durante las cumbres de la GMSMA que se desarrollaron de los 80´s a los 90´s en la ciudad de New York, y que tras tantos debates, negociaciones, conflictos, la separación de la Old School y la New Guard, pensaron que al crear reglas/protocolos infranqueables e inamovibles, la comunidad BDSM podría disfrutar de una sexualidad alternativa en base a lo que ellos habían formado durante esos 10 años; pero jamás pensaron que abusando del “conocimiento”, cada quien haría un negocio, rompedero de reglas y surgirían personas que aprovecharían todo ello para el beneficio propio.
  
Pienso que si de verdad queremos enseñar, antes de todo deberíamos informarnos sobre los gustos/pensamientos de los nuevos practicantes, fomentar con exactitud lo que pretendemos compartir, hacernos con una educación de cultura, lectura y aprendizaje propio para poder expresarnos con soltura, conocer protocolos como el PROCESS y ya desde una perspectiva más confiable, con el conocimiento no errático, podemos dejar de andar inventándonos pendejada y media que solo contribuye a tanto pseudo practicante de juguete.


Sátiro Demencia








BDSM de escaparate sexual

Compartir nuestros designios es ante todo una cuestión demasiado personal como para con cierto ventajismo dudar de los motivos. Se me escapan las necesidades y sobre todo los objetivos. Haberlos sin duda los tiene que haber y me sigo preguntando, ¿en esta creciente marejada de mediocridad, cómo es posible airear casi cualquier cosa con el fin de recibir a cambio unidades de crédito vitalicio sobre lo bueno o lo malo de hacerlo?..



No es una crítica a la exposición de nuestras vergüenzas o nuestros méritos, tan sólo es una revisión a nuestros modelos de decencia.



Nada de moralidad ni muestra de valores éticos. Cada uno hace lo que le place, a la espera de la buenaventura de los comentarios aliados y con el hacha preparada cuando el viento sopla en contra.



Somos así, es inevitable el inmovilismo mientras nos pertrechamos, algunos de la valentía necesaria, para hacer ciertas cosas. Estar orgullosos de nuestros cuerpos dicen algunos, el orgullo de la genética que no pasa por alto los defectos ni los afectos. Quererse más como motivo vital porque si no, tenemos que aprender lo que significa la ansiedad. Un aprendizaje siempre dado por otros.



Auto inculparse por la censura verbal o escrita, razonar que nuestros pensamientos a veces son fascistas y guardarlos no sea que haya un colectivo agraviado y nos pongan la cara colorada por un pensamiento expresado sin malicia, pero que contiene trazas de este nuevo neofascismo de mierda.



Allá vamos con nuestras opiniones plantadas en nuestros huertos urbanos y dando lecciones a la agricultura milenaria porque éstos últimos ya no saben del consumo evolutivo y sostenible que hemos aprendido a base de escuchar/leer pendejaditas y que internet ha puesto en las manos de cualquiera.



El BDSM no se escapa de estas corrientes tan modernas.



El hedonismo ya no está en lo propio, en lo que uno vive o ha vivido. Ahora ha traspasado la barrera del yo y se ha convertido en el "todos", unos sobre otros, abajo, de lado, es igual, el fin estar dentro de uno o muchos.



Porque no hay nada que dé más placer que hacer público el bienestar, el desafío de los avances, en lo mucho que se es sometido o lo que se Domina.



La galería lo ocupa todo, escaparates repletos de vivencias, sangre compartida y heridas abiertas sin compasión expuestas para que otros tengan envidia mientras alaban la capacidad de hacerlo y sobre todo compartirlo.



Una nueva sociedad de consumo, una nueva forma de compartir las cosas en la que es más importante detallar lo que se ha leído que disfrutar de hacerlo, donde los cuerpos sólo se disfrutan cuando se reparten las vivencias de los mismos o cuando el dolor propio sólo es bueno cuando se disfruta por lo ajeno.



¿Por qué guardarlo si mi necesidad está en compartirlo?



No hay porqués realmente. Es una decisión personal hacer público lo que es privado. La respuesta inmediata no se puede controlar porque ni siquiera podemos controlar nuestras propias reacciones. Es peligrosa la necesidad de sentir que los demás tienen acceso a ciertas verdades que se convierten en dudas cuando las manejan personas ajenas a tu vida.



Peligroso, excitante y fuera de nuestro control. Y esa falta de control ulterior es la que nos termina haciendo lidiar con problemas que se podían haber evitado si no fuéramos tan imbéciles.



Sátiro Demencia

En escena

Lo que tiene vivirse en un país donde cualquiera se autodenomina artista y vive de ello es que el propio nivel artístico es una puta mierda. Es tan cutre el artisteo como la cultura y no puedo evitar sacar una sonrisa.

Parece que esto no tiene mucho que ver con el BDSM, pero las apariencias engañan. El símil del pop y el BDSM actual, se me antoja muy acertado. Expongamos un escenario donde la representación musical sería como el inmenso abanico del BDSM, desde este momento, música será BDSM y viceversa.

El BDSM, no denominado así en los albores de los tiempos, se sofisticó mucho más rápido que la música. Es algo tan sencillo como comprender que el arte de infringir dolor, la esclavitud y desatar los instintos y depravaciones era francamente más divertido que tocar la lira o un par de tambores con algunas plumas para no lastimarse los deditos.

Con el paso de los siglos y el perfeccionamiento de las torturas, la imposición del poder y la fuerza bruta, se estancaron, y la música empezó a ganar terreno. En Oriente, mucho más civilizados que en Occidente pero tan cafres y animales como nosotros, perfeccionaban artes marciales para someter e inmovilizar los cuerpos de los prisioneros mientras quizá, mujeres adiestradas actuaban y tocaban instrumentos para que los señores feudales disfrutasen de ambos placeres artísticos.

Aquí, lo dejamos todo para crear algunos de los artilugios de tortura más espeluznantes jamás creados por el hombre mientras que por allí suspendían a las mujeres anudadas en cuerdas imposibles. Una vez más Occidente sabía a lo que jugaba, como en una montaña rusa temporal, avanzábamos tan rápido como retrocedíamos. Entonces la música eclosionó, avanzó con un paso tan firme y rápido que rápidamente se impuso a cualquier otra disciplina artística. Hasta qué Europa se convirtió de nuevo en la cuna del arte universal.

Por su parte, el ya denominado BDSM se sumergía en un arte aristocrático y exclusivo pero tan brutal como el que los que el pueblo llano hacía en los rincones más oscuros de su imaginación. A fin de cuentas, la mente humana no hace diferencias en el estatus social para llevar a cabo sus perversiones y sus deseos.

Todo esto suena a bicoca histórica, que poco rigor tiene, simplemente un poco de sentido común. Hoy, aquí, y como siempre en un afán impropio de mí, critico en lo que se ha convertido algo antes maravilloso, exactamente igual que la música.

Pero volvamos a ese escenario, donde y sin que sirva de precedente encontramos la crema artística musical, de antemano mi opinión es clara, la música pop de nueva generación es una puta basura, ponzoña repugnante.

Entiendo ahora que gente como Antonio Orozco se hayan inspirado en los gritos insoportables de los torturados en la Edad Media, por poner un ejemplo porque su voz es lo más parecido al sonido que puede salir de la garganta de alguien a quién le está arrancando las uñas.

¿Y el BDSM?

Lo mismo… es la banda sonora de nuestras vidas actuales, nos venden todo lo que consumimos y cagamos al mismo tiempo y ahora que la moda se ha puesto a la orden del día con poses super perras en reforma, mostrando tetas y culos en cualquier red social para aparentar lo que no se es, ataviados en trajes de Ermenegildo Zegna, con ese aire distraído y distante que nos da por derecho decir cuatro tontadas envueltas en un papel que parece de regalo pero que en realidad es pura mierda.

Así pues, el BDSM se ha llenado de pop, del malo o de Maluma que viene a ser la misma mierda, de usar y tirar, de descargar a mansalva o de enviar un mensaje al 3453 con la palabra AZOTE (espacio) Millenial.

Esta proliferación de nuevo pop y BDSM definitivamente es como sentir que se me cuelga un enanito de los webs.


Sátiro Demencia

sábado, 30 de marzo de 2019

Todo tiene un precio

Darlo por plata en la antigüedad era cosa de meretrices, era toda una profesión, acudían a ellas los señores de la alta sociedad aburridos de sus esposas católicas. 

Después la cosa evolucionó y cada día se ha vuelto más popular, dinámica y en muchos sentidos denigrante. De meretrices pasaron a cabareteras, después las prostitutas, las modelos webcam y ahora es cosa de "besesemeras" , si señores tal cuál, hoy en día tanto dominas como sumisas lo andan dando por plata, por unas nalgadas y hasta por una cerveza.

Y aquí entre nos hay unas que hasta pagan para que se las coja el superputas de la fiesta. Y es que este mundillo se nos ha vuelto de cabezas, el respeto se transformó en que cada quien haga lo que quiera, la sensatez se volvió locura, el consenso dio paso al abuso y las comunidades se convirtieron en el espacio perfecto para sacarle plata a la gente por todo, hasta por los munch están cobrando.

De un tiempo para acá, podemos observar que esto del BDSM deja mucha plata, y lo podemos ratificar en la mayoría de comunidades de diferente nacionalidad, el llenar el bolsillo es lo que se ha puesto de moda, y no sólo con los munch, tertulias, talleres, conferencias, no faltando quien escriba su vasta “experiencia” para obtener un ingreso más, dejando muchas dudas en el aire.
Y no se puede dejar a un lado el mencionar el exacerbado flujo sexual que se mantiene en constante ir y venir por los pasillos de la comunidad, mezclado entre drogas y orgias que nada tienen que ver con lo que esperamos al intentar llevar un estilo de vida alejado de toda la parafernalia vainilla.
Por supuesto se puede entender que para mantener una mazmorra se necesita un apoyo económico con el cuál los practicantes puedan convivir, aprender e integrarse, sin embargo hay mucha diferencia entre realizar todo tipo de eventos para atraer más gente que tenga el mismo ideal de ayudar con lo necesario para solventar los gastos de las mazmorras donde se reúnen, a llenar los bolsillos de otros, con tal que alguien les saque la leche o las traten como putas.

No tenemos nada en contra de quienes aprovechan su habilidad con las manos para hacer los diversos instrumentos que todos usamos, también es normal cobrar un cover en un local que necesita pagar un alquiler y mantenimiento, las cosas que nos rayan son esos personajes que con dos meses de experiencia ya cobran por dar un taller, aquellas dominas que usan la dominación financiera para dejar en la calle al sumiso, tampoco nos gustan las orgias disfrazadas con nombres gloriosos que lo único que hacen es devolvernos la mala fama de depravados que hemos tenido y que muchos tratamos de erradicar.
Nos molesta que quieran aprovecharse de las personas que no saben como deben funcionar las cosas, nos molesta que por ganar más y tener más adeptos cada vez haya más fiestas, menos practicantes reales, más pajeros, más putas y menos BDSM.

Por Sátiro Demencia y Paulina San Juan (Propiedad de Doryoku)

Superficial


“Mi aura invisible me precede, me rodea e ilumina cada fibra de mi esencia Dominante y casi nadie está preparado para observar de cerca lo que eso conlleva. Pocas son las elegidas que pueden mirar en mis ojos y no quemarse las retinas sin darse cuenta más tarde que son incapaces de percibir en toda su extensión lo que significa ser Dominante y lo que es el BDSM.
Cuando me quito el cinturón se derriten y solo desean una cosa, que me fije en ellas, que las haga únicas, porque sin saberlo, ellas se someten, eso sí, hay que endulzar un poco esto de azotar y estrangular, porque se ponen mimosas y tampoco hay que ir haciendo sangre porque sí. Un usted por aquí, un Señor por allá, entonces un par de lecciones y frases ampulosas donde dejo constancia de que mi Doma es la más valiosa del mercado.
Soy una Sumisa de altas expectativas con especialidad en todo lo que hago, única y diferente, como yo no hay dos, venida desde los más altos linajes, rodeada de libertinos y seres casi mitológicos que con el don de su palabra, dotan de toda verdad en esto del BDSM.
¡Qué sabrán los demás de todo esto que se vive y que no podrán entender como lo hacemos nosotros! Porque nosotros somos los elegidos y solo nosotros podemos hacer de este estilo de vida lo que queramos.”
Más o menos así.
Es posible que la entrada confunda, pero no, es lo que es. Andamos últimamente sumergidos en esto de la profundidad artística, la poesía perpetua del corazón, el conocimiento del arte y el dominio de sus disciplinas mirando de reojo y por encima a aquellos que sorprendentemente no han leído a Bukowski, es tan estúpida la superficialidad como enfangarse en esas turbias aguas de la mezquindad que ofrece la pedantería.
De vez en cuando un poco de superficialidad está bien para relajar tensiones acumuladas.
Esta proliferación de amos y sumisas tiene cosas realmente curiosas. La mayoría de ellos no son ni una cosa ni otra. Estos Dominantes de nueva y no tan nueva generación que sólo desean follar a diestra y siniestra, con este nuevo y petulante BDSM siguen estando en lo más alto del pedestal, peleando con sus armas diferenciadoras.

El BDSM no ha salido a la luz, ahora es la luz a seguir, desdichados aquellos que reniegan de él sabiendo ya que forma parte de cada una de nuestras ensoñaciones, desdichadas ellas que sabiendo que en lo más fogoso de su entrepierna y superfluo de su piel, lo desean, y dejan de lado sus necesidades básicas para hacerse una paja.
Nos falta tanto retirar la venda de los ojos apartarnos de este nuevo mundo, desdeñando a todos y todas las que de una manera o de otra se acercan o sienten la Dominación o sumisión con cierta curiosidad. Intrusos, falsos, moda de nuevos roles sacados de la chistera, sumisas que 5 años atrás se morían por ser pertenencia y ahora todas una Dominas con experiencia creen que tienen voz y voto, Dominantes que creen tener toda la razón, cuando 5 años atrás apenas lograban llegar a una conversación sin poder dejar de usar el puta, perra, zorra, y ahora todos unos energúmenos llenos de batallas ganadas con todas las de la ley. Éstos que a base de citas retóricas de personajes históricos, ven trazos de sadomasoquismo en los dibujos de Tom y Jerry, los que analizan poemas para demostrar que su conocimiento va más allá de lo aprendido entre azote y nudo.
Que cosas tiene esto de las corrientes. Algo que hace un día era desconocido, hoy es masivamente seguido, convenciendo a todo el mundo de que esta novedad es un soplo de aire fresco, una salvaguarda de la cultura. Entonces nosotros nos lo creemos porque somos de los que nos dejamos llevar por lo que los demás dicen. Nada se escapa a la fuerza de esta corriente.
Aquí cada uno hace de su culo un papalote y pretende poner en duda las experiencias de los demás. Resulta que el BDSM está categorizado de manera exquisita y sigue unas pautas absolutamente perfectas y científicas que si no cumples, bueno, pues no eres bdemesero, serás pseudo, wannabe o cualquier otro lindo nombre que deseen donarte.
Cualquiera que se acerque al BDSM, incluso los que lo vivimos o practicamos, tenemos dudas e inquietudes.
Sigamos el esquema de a, b y c, porque en el fondo es todo un abecedario de reglas y comportamientos, que solo sirve de guía de acompañamiento y finalmente destierras al fondo de un cajón por inservible.
Parece, al leer cualquiera de esos textos que nos han dejado quienes de verdad tienen experiencia en esto, que quién ha dedicado tiempo a escribirlos, no sirve ya en esta generación. Porque para tomarse el BDSM en serio, que es muy serio por otra parte, uno mismo se tiene que tomar a chiste ciertas cosas. Y esto no es lo malo. Entiendo que todos estos escritos son una muestra de cómo introducirse en un mundo complejo donde la información, antes escaseaba y ahora sale por cualquier sitio imaginable.
Terminaremos determinando que el mundo se divide en Dominantes y sumisos, algo real en cualquier ámbito pero que en este precisamente no se cumple.
Algunos piensan que tener siete fustas para siete hermanas les da un conocimiento mayor del azote tailandés, porque el peso de cada una, la longitud, la textura y el tacto, así como el sabor de la sangre una vez causado en el meollo azotador, es un claro paradigma de cómo se deben hacer las cosas. Pero no hace falta viajar en el tiempo como en 12 fustas e intentar cambiar el orden mundial del BDSM, cuando en el fondo, mucha fusta y pocas nueces. Las manos se usan poco y dan bastante más gustito. No niego que la fusta encanta, que la vara excita un poco más.
He aquí que, algunos llevan un montón de tiempo en busca de la fusta perdida, ese santo grial del BDSM, la fusta perfecta, aquella, que como Excalibur, otorga un poder a su portador convirtiéndote en un Master del Universo. Pero debemos recordar que la mano que mece la fusta, antes debió practicar sin ella. Por cierto, el clítoris cambia de sabor después de azotarlo con una fusta. Cosas de la naturaleza sabia, el coño se convierte en un postre de degustación.
Esto del placer es un mundo y muy individualizado.
Nos podemos ir metiendo el purismo por el culo, porque como todo en la vida, cuanto más puro, más inmóvil, cuanto más inmóvil menos futuro.
Y esto es prolífico, porque en el fondo como cada uno de nosotros quiere saber la mierda de los demás para comprobar que la nuestra apesta igual o menos que la de los demás, asistiendo por tanto a un aquelarre esperpéntico donde impera el yo sé más que tú, y la bola de nieve de las invenciones empieza a rodar. No podemos sorprendernos cuando rueda tanto y se hace tan grande que personas, completamente desconocidas, se pelean por encumbrarse en ese vaivén desquiciante.
Que hoy en día cualquiera puede autodenominarse Dominante, Amo, Maestro, Tutor, es algo que no nos debe sorprender y mucho menos dejar de tenerlo en cuenta. Decirlo es sencillo, decirlo sin mirar a la cara aún más sencillo. La cosa se complica cuando tienes que demostrarlo. Aquí muchos se caen con todo el equipo, por mucho instrumental que sea capaz de cargar.
Si nos detenemos en aquellos que son capaces de pasar esa criba, ya poco podemos fijarnos en ellos. Se sienten bien, campan a sus anchas y su pecho palomo está a salvo. Pero esto no es verdad. El fiel reflejo de ello son las sumisas que tienen o dicen tener, las tutelas que tienen o dicen tener y los resultados de todas estas, porque a fin de cuentas, tu obra es lo que más puede decir de ti.
Y es entonces cuando nos topamos con sumisas que abiertamente se plantean ponerse perras con otros Dominantes, comprobando si estos son capaces de darles más de lo que su Amo es capaz de hacer y descubren que sí en algunas ocasiones y muchas más terminan llorando por errar con la persona incorrecta.
Erramos, aunque no queramos, no somos infalibles. Podemos poner todo de nuestra parte, la dedicación y el esfuerzo, la pasión y el sentido común y aun así, equivocarnos. Como si de un ataque por sorpresa se tratase, la piel se eriza, no con los actos sino con los pensamientos, los deseos inequívocos de que algo no ha funcionado y aunque intentemos repararlo o quizá buscar el origen de nuestro error, al final el castillo de naipes se derrumba. Jugar a hacer encajes de bolillos, a trapecista sin red por mucha práctica que se tenga no siempre es acertado. Incluso en los momentos más tranquilos, los de mayor paz, el alambre tiembla, el trapecio se balancea con cierto descontrol.
La suerte juega un papel importante, esa suerte de haber tenido la inteligencia de elegir medianamente bien, esa suerte de no haber metido el hocico en un nido de avispas, que atacan sin piedad.
No voy a ser yo el que esté en contra de que cada una explore su sexualidad como mejor le convenga, que bastante tengo yo con lo mío, pero todo esto que cuento es la desvirtualización de algo muy sencillo de comprender y que muchas y muchos se lo toman a cachondeo. Porque al final todo queda en un átame y me tapas los ojos mientras me das un par de cates y yo me arrodillo ante ti porque soy una sumisa que te cagas.
Definitivamente no es un buen BDSM, ahora se ha vuelto tan superficial como el corazón que llevo dentro.
Sátiro Demencia